El valor de un evento virtual

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El valor de un evento virtual

Tanto se ha manejado el término 'evento virtual' que damos por sentado que todos conocen las implicaciones del concepto. Pero la realidad es que a muchos les resuena a aburridos e interminables seminarios web o pesadas conferencias en streaming.

Para nadie es un secreto que, a raíz de la pandemia de Coronavirus que ha obligado a la mayoría de la población a permanecer en sus casas, se ha generado una serie de cambios en todos los contextos comerciales, y la forma de organizar sesiones online y eventos virtuales no ha estado exenta.

Los organizadores de eventos corporativos han agudizado su creatividad con la intención de plantear propuestas de difusión de su mensaje clave adaptadas al mundo online y llegar a su target sin necesidad de una gran inversión.

Aunque a simple vista pareciera que una sesión virtual pueda tener menos poder de convocatoria, es sorprendente el valor que puede aportar a la marca, porque permite acoger a una audiencia más amplia.

Todo lo virtual implica menos costes previos: no hay que invertir en una locación, ni en personal para un encuentro multitudinario, es mucho más fácil controlar quién está conectado, y en todos los casos las estadísticas añaden valor.

¿Cómo trasladar el valor de una reunión presencial a tu audiencia online?

En tiempos de incertidumbre como este, cuando los asistentes no saben si van a poder hacer acto de presencia en el encuentro, las sesiones online son la forma más inteligente de interactuar con ellos sin perder ese toque humano. La clave está en el formato: ofrece a los asistentes lo que realmente quieren: Clase de yoga, un concierto, un taller sobre tu campo de especialización, cursos de jardinería para principiantes, una sesión de preguntas y respuestas sobre tu empresa, una demostración de uno de tus productos… las opciones son interminables.

Celeste Pérez