Cuando escuché por primera vez la expresión "La comunicación no es poesía", pensé que era la afirmación más ingeniosa sobre la comunicación empresarial, corporativa o estratégica. No recuerdo quién la dijo ni en qué contexto; pero cuánta razón tiene. Desde entonces, yo también la utilizo porque estoy de acuerdo con que la comunicación empresarial no se trata de escribir o decir "bonito".
He aprendido que la comunicación empresarial es una habilitadora o impulsora de los enfoques estratégicos de la organización, en los aspectos comercial e institucional; cuya acción es transversal a toda la gestión de la empresa, hacia adentro y hacia afuera, convirtiéndose en una de las primeras líneas de defensa de la identidad, la imagen, la percepción y la reputación.
La comunicación empresarial es el resultado de un proceso de planificación sustentado en cuatro fases: investigación, diseño, ejecución y control. Además, es responsable de describir la conexión de la empresa con sus grupos de interés y, a su vez, la relación entre ellos. También tiene la importante función de colaborar con la gestión de crisis y liderar la propia comunicación en situaciones adversas, estableciendo la línea de vocería institucional.
En el mismo nivel de importancia de la planificación, el relacionamiento con los grupos de interés y la comunicación de crisis, está la generación de contenido a partir de los fundamentos de la redacción, la creatividad, la producción audiovisual y el diseño gráfico.
A unos meses de terminar el 2020, es momento apropiado para replanificar la comunicación empresarial: ¿Qué nos espera como sector y como país, y cómo debemos actuar para apoyar a la sociedad dominicana? ¿Cuáles son los enfoques estratégicos empresariales u objetivos organizacionales que debemos apoyar en 2021? ¿Qué información necesitamos para tomar mejores decisiones? ¿Cómo logramos alineación y coherencia entre lo que hacemos y lo que decimos? ¿Cómo podemos conectar y reconectar con nuestros grupos de interés tras un año que ha sido difícil para todos? ¿Cómo han cambiado nuestros grupos de interés tras la pandemia de COVID-19, qué esperan ahora de la empresa y cómo fortalecemos su confianza? ¿Cuáles son los resultados con los que nos debemos comprometer? ¿Cómo podemos hacer para exponer el pensamiento filosófico de la organización y hacerlo tangible? ¿Qué es necesario para dar visibilidad a todas nuestras acciones, desde las comerciales hasta las de responsabilidad social? ¿Cómo vamos a fortalecer nuestra marca?
A unos meses de terminar el 2020, es momento apropiado para replanificar la comunicación empresarial en cuatro dimensiones que tienen como centro a los grupos de interés, a las personas más importantes en el ecosistema empresarial:
¿Qué tan preparada está tu empresa para esta replanificación de su comunicación?
Por Alicia Puello
Estratega en comunicación corporativa